Estoy harto, harto, harto de todos aquellos ‘mayores’ que (supongo que con su mejor intención) se acercan a los niños y les ofrecen una patata, un caramelo, una piruleta… ¡Basta ya! Estamos hartos de los ‘simpáticos desconocidos’ que ofrecen cosas a nuestros hijos, no queremos que les ofrezcáis nada. ¿Por qué?
- Porque es posible que el alimento que le estés dando no le dejemos tomarlo o tenga intolerancia. Pídenos permiso antes, por lo menos ¿no?
- Porque enseñamos a nuestros hijos a no hablar con extraños y tú te entrometes sin pedir permiso antes.
Ayúdanos a educar a nuestros hijos, antes de ofrecerles nada o de hablar con ellos… ¡Pide permiso a sus padres!
Y ojo con aquellos que decís eso de: ‘¿te vienes conmigo?’. No sabéis cuánto mal podéis llegar a hacer.
Dejad a los niños con sus padres, ‘desconocidos’; si os necesitan ya se acercarán los padres a vosotros.
Cuánta razón tienes. La gente lo hace con buena intención pero, ¿por qué debemos fiarnos de ellos?
A lo mejor los «simpáticos» no caen en su error y hay que abrirles los ojos con cariño.